UNA VIDA MÁS, UNA NUEVA ETAPA QUE ENFRENTAR


Fotografía de Claudio Silva Morales
Hace mucho tiempo que no me tocaba ir a un funeral hasta el día de hoy, que acompañé a una amiga al responso y entierro de su Madre.... cuando miraba a cada unos de los presentes, mientras caminabamos por el parque hacia el lugar donde desacansaría la madre de mi colega, pensaba: qué es realmente la muerte? Creo que es un tema amplio, un tema que cada uno lo ve de acuerdo a sus creencias y formas de pensar.

Para mí la muerte es  el paso de transición hacia la otra vida que debemos seguir enfrentando como una manera de que nuestra alma siga creciendo y aportando a cada una de las personas que forman parte de nuestro círculo, de ahora y siempre, así como también, aprender y dejar huella en aquellas personas que cruzan por nuestro camino porque sencillamente así debe ser... Cuando escuchaba los discursos de familiares, amigos y politicos presentes en la ceremonia en el parque, pude conocer una faceta más de la Madre de mi amiga.... no me cabe duda que Orietta y su familia tuvieron el tiempo suficiente de decirle a ella cuánto la querían, lo importante que era para sus vidas.... si bien tuvieron toda una vida para decírselo y manifestárselo, pero todo ello se resumio, se potenció y compilo en un periodo de cinco meses, desde que les entregaron a la familia el fatídico diagnóstico: cáncer con metastasis, es decir, no hay vuelta atrás..... sólo quedaba esperar... mientras tanto, hacer que la espera fuera de calidad y acompañada de todo aquello que el tiempo les estaba entregando, es decir, la posibilidad de decirle, disfrutarla y aprovecharla al máximo, como nunca antes quizás lo hicieron hasta que tuvieron que enfrentar el resultado que era sinónimo de muerte....

Cada hija e hijo, cada nieto, cada bisnieto, cada dirigente social, politico y vecino y amigo hacen hoy que ella siga viviendo entre ellos y con ellos..... desde un recuerdo hasta alguna obra social impulsada por la madre de mi amiga, que pese a sus años y vivencias, se caracterizo por ser una mujer llena de energía, llena de vida, una mujer que nunca se jacto de lo que hizo, de lo que impulso y realizo a favor de todos y todas..... desde hace meses está mujer se fue apagando como una vela... hasta que el sábado dejó de brillar y entregar su luz en esta vida... en resumen, ella vivió, dejo huella, dejo una historia.....

Entonces, la pregunta que viene a mí es innevitable: los que quedamos en esta vida, qué tan vivos estamos? qué sucedería si mañana nos llega el gran minuto, estaríamos contentos y felices con lo realizado hasta hoy? cuál ha sido nuestro aprendizaje en esta vida? cuál es el legado que dejamos? es necesario estar muerto para dejar de existir? No, definitivamente NO... conozco a más de una persona que son verdaderos muertos en vida, que ya no sufren,  que no rien, sólo respiran y comen porque así es como han de subsistir, pero son como verdaderas aguas muertas que pasan por esta vida sin el mayor actuar ni accionar.....

.....Cuando comienza a sonar el Ave María, miro a mi alrededor y mientras mi piel se pone de gallina, pienso: cuántos de nosotros estamos vivos realmente?

En ese momento reconozco: Yo río, disfruto y gozo de esta vida, pero también lloro y sufro muchas veces más de lo que quisiera, por cosas ajenas o propias.... las cosas me duelen y las siento a mil en mi piel y en mi cuerpo.... mis espejos- mis amigas- cuando ven mi dolor me dicen: o te encuentran algo o te paras o te llevamos al peral.... menos mal y bendecida soy que el peral lo cerraron asi que deben seguir apoyando a esta mujer media sensible que han conocido y compartido en esta vida....pero menciono esto, porque en el fondo siempre que nos vemos enfrentadas- yo y mis amigas- a una reunión de emergencia porque alguna sufre o le sucede algo, digo: al menos estoy viva, al menos estoy sintiendo y, si bien hoy me siento así, sé que mañana me pararé y volveré a vivir y sentir a mil porciento, porque es así como quiero vivir esta vida, sintiendo, disfrutando, amando, degustando,gozando, oliendo y, en la medida que pueda, dejando algún legado que permita a quienes me sucedan lo mejor de mí para ellos y los que sigan.... al igual que la Madre de Orietta, que desde hoy,  mira a los suyos y a sus obras desde lo más alto de los cielos y los ilumina como una de esas estrellas que brillan y destacan por su gran luz y esplendor, tal cual, como lo hacia cuando estaba entre nosotros....

Ella a emprendido un nuevo camino, ella abrió la puerta hacia lo desconocido para los que nos quedamos, pero no me cabe duda, que es un mundo lleno de tranquilidad y sana paz, donde el amor se vive de las más diversas formas sin tapujos ni remordimientos, sino muy por el contrario, se vive sintiéndose como se siente cuando se ha hecho una buena labor y se ha cumplido la misión.

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