No me dejen sola para sanarme de esta enfermedad



El título de esta columna es una frase que escuche, y la hago propia en estas líneas..
Todos estamos enfermos de alguna u otra manera, pero aquellos que hemos sido parte del círculo des virtuoso de la violencia y maltrato intrafamiliar, te das cuenta que nada es al azar. 

Hoy miro a la distancia con respeto todo lo vivido....

Trato, día a día, de sacar las lecciones y aprendizajes de lo vivido y errores cometidos, que me llevaron a estar dentro de un círculo que me llevó a conocer lo más horrible de un ser. ¿Amor? No, no es amor sino falta de él, es decir, de amor propio; El ser parte de la violencia intrafamiliar es sinónimo de abandono, de enfermedad, de falta de autoestima, entre tanto otros adjetivos negativos que se puedan acercar a todo aquello que te lastima y que te lleva con el tiempo a mirar y ver los errores pueden seguir estando presente, cada día y en menor medida, en tú vida.

¿Sanar? Por sobre todas las cosas, se puede, pero el mayor aliado es el tiempo, el amor del bueno de tu familia y amigos. ¿La motivación? el querer darle un mejor mundo, un mejor concepto de familia y de lo que es el amor justamente al gran y único amor de mi vida: Mi hija. Por ella y por mí, fui capaz de romper el círculo de la violencia en un tiempo mucho menor al que las estadísticas nacionales señalan.
Hay días que quiero pensar que todo fue un sueño, una pesadilla, una mala idea que pasó por mi cabeza... quiero retroceder el tiempo para cambiar algunas cosas... pero me detengo y pienso, analizo... si no hubiera vivido lo que viví quizás no hubiera sido consciente al nivel que hoy estoy, de por qué estuve inserta en ese mundo, en esa dinámica que sólo me hizo aprender desde el dolor y el sufrimiento. 

Lo agradezco, SÍ, aunque suene ilógico lo agradezco, porque gracias a todo ello soy quien soy, he crecido, he cambiado, he comprendido y abrazado mi historia familiar, ya que por ella y por los nuevos capítulos que deseo escribir en mi vida y en la de mi hija, es que lo abrazo y decido cambiarla para dejar atrás el dolor. Agradezco y avanzo hacia la felicidad y hacia todo aquello que traiga consigo toneladas de felicidad y de buenos momentos, porque definitivamente es tiempo de "bailar con la más linda de todas"....

Momentos no tan buenos no estarán ausentes, pero cada día me doy cuenta que de ellos aprendo, que los abrazo pero sigo adelante. Avanzo respetando el miedo y las lecciones, tomada de la mano firme de mi hija, quien cada día me enseña a cómo vivir con felicidad y entereza los minutos y las horas que conforman nuestros días.

Vivir es ahora, vivir no es herir, amor no es sufrir, como nos han enseñado cientos de canciones, telenovelas y películas. 

Hoy escribo y decido que los capítulos de este nuevo tomo de mi vida estará llena de grandes bendiciones y momentos buenos, cargados de felicidad y de amor del bueno, sencillamente porque así lo quiero y porque así nos lo merecemos.

Ayudemos a cambiar este mundo, que al final se forma de cientos, de miles de otros mundos que nos cargan de energía que varía dependiendo de las vivencias e historias de cada uno. Cambiar la historia no sólo se basa en reformas o cambios sociales comunicados por los grandes lideres sociales, sino que el cambio debe comenzar desde adentro, desde el interior de cada familia, de cada ghetto que conforma nuestra sociedad.

Creamos, vivamos, sintamos, amemos, pero por sobre todas las cosas seamos visionarios y hagámonos cargo de la vida que queremos.



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