La Muerte
En la primera partida que enfrente, en abril de 2021, escuché en reiteradas ocasiones la frase: "estaba enferma", "ya estaba mayor". Cada vez que lo decían, yo respiraba, miraba y sonreía con gratitud por la intención de hacerme sentir bien, pero en el fondo mi yo interno gritaba con fervor que se callara, que no dijera más ninguna de esas frases que no calmaban mi dolor, ni mi razón y, muchos menos el vacío que dejaba la partida de mi mamá.
Pasaron 5 meses y el jueves 7 de octubre de 2021, a las 7.55 a.m sonó el teléfono y mi hija me dice: "icho (mi otro hermano que vive en el sur) y Cecilia (mi hermana que estaba en España) han llamado toda la noche. Salte de un brinco de la cama y prendí mi celular- había adquirido la mala costumbre desde que partió mi mamá de apagar el celular porque sentía que ya nada más podía pasar. Este es otro gran aprendizaje de la Muerte.
Prendí el celular y comenzaron a entrar cientos de mensajes que hablaban de urgencia, llámame, contesta.... sentí ese frío, ese dolor de estomago que te lleva a conocer cada parte de tu cuerpo, que hasta ese minuto no sabía que dolía. En eso, entró la llamada de mi cuñado: María Paz, anoche Fernando tuvo un accidente....ok, donde está, en qué clínica está... no, Fernando murió..... grite, eso fue lo único que salió de mí en ese minuto, un grito de incomprensión, un grito de dolor, un grito de no saber qué mierda pasaba.
Es importante señalar que crecí en un familia donde las formas deben ajustarse a la norma, donde es importante guardar la compostura, saber controlarse, guardar el equilibrio.... pero ese día todo ello se derrumbo.... no había comprensión y menos normas sociales y protocolares. Soy una mujer formada, pero ya estaba bueno de vivir tan preocupada del qué dirán. Mis avances en diversas materias me habían demostrado que era libre de mis decisiones y formas, y lo más importante es que podía seguir siéndolo.
En este nuevo escenario donde la muerte era nuevamente la protagonista, no cabía la posibilidad de que dijeran lo mismo que me decían ante la partida de mi Madre.... pero sí concluí algo.... me doliera o molestara una enfermedad te prepara para la llegada de la muerte, pero nada de nada te prepara para su visita de forma inesperada.
Desde ese minuto sumado a las horas del traslado de mi hermano a Santiago, mi cabeza volaba en un mundo paralelo que el único cable a tierra era mi hija. Solté, bote, entendí que la vida es algo inesperado, que hay que saber escuchar lo que uno siente.... con esto me refiero a que desde la partida de mi madre supe que el siguiente sería mi hermano... porqué? no lo sé, ha sido un gran misterio para mí, que he tratado de ir entendiendo con el tiempo.
Comprendí que la vida tiene un ritmo, que la vida si bien se debe disfrutar se debe respetar antes que todo, que nada, absolutamente nada es casualidad, sí causalidad. Que todo aquello que se repite en tu vida, no es azar, es porque algo quiere que entiendas, que comprendas, aprendas e interiorices. Todo esto es parte de tu carta navegación, en este mar llamado vida.
Les hablé de las partidas de mi Madre y mi Hermano mayor Fernando, pero no les conté que enero de 2021 diagnosticaron a mi Padre con cáncer terminal con metástasis a los huesos.... por ende, entenderán, que la tercera partida, fue la de él.... un año ocho meses desde que se fue mi mamá, un año dos meses desde que partió mi hermano, mi Padre inicio su camino.
Pero ¿qué me enseñó la muerte en sus dos visitas anteriores? Me enseñó a enfrentarla de manera distinta. La viví con entrega, con amabilidad, con gratitud y con comprensión. Entendí que en casos como el de mi Padre, la llegada de la muerte era un gran regalo, tanto para él, como para nosotros que veíamos a diario su sufrimiento y dolor.
Espero, sinceramente, se mantenga alejada un tiempo, para recuperar fuerzas, entendimiento y comprensión, ya que por mucho que en estas líneas les hablé de cómo enfrente cada partida, aún duelen y remecen partes de mi ser de vez en vez.
Mpaz
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